LA BIBLIA

LECTURA DEVOCIONAL CRONOLÓGICA

Día 126

06/05/2025

Salmos 70; 71; 77; 83; 86; 88; 91;

Oh Dios, acude a librarme;

Apresúrate, oh Dios, a socorrerme. Sean avergonzados y confundidos

Los que buscan mi vida;

Sean vueltos atrás y avergonzados

Los que mi mal desean.

Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha,

Los que dicen: ¡Ah! ¡Ah!. Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,

Y digan siempre los que aman tu salvación:

Engrandecido sea Dios. Yo estoy afligido y menesteroso;

Apresúrate a mí, oh Dios.

Ayuda mía y mi libertador eres tú;

Oh Jehová, no te detengas. En ti, oh Jehová, me he refugiado;

No sea yo avergonzado jamás. Socórreme y líbrame en tu justicia;

Inclina tu oído y sálvame. Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente.

Tú has dado mandamiento para salvarme,

Porque tú eres mi roca y mi fortaleza. Dios mío, líbrame de la mano del impío,

De la mano del perverso y violento.

 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza,

Seguridad mía desde mi juventud. En ti he sido sustentado desde el vientre;

De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó;

De ti será siempre mi alabanza. Como prodigio he sido a muchos,

Y tú mi refugio fuerte. Sea llena mi boca de tu alabanza,

De tu gloria todo el día.

 No me deseches en el tiempo de la vejez;

Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.

 Porque mis enemigos hablan de mí,

Y los que acechan mi alma consultaron juntamente, Diciendo: Dios lo ha desamparado;

Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre. Oh Dios, no te alejes de mí;

Dios mío, acude pronto en mi socorro.

 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma;

Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan. Mas yo esperaré siempre,

Y te alabaré más y más. Mi boca publicará tu justicia

Y tus hechos de salvación todo el día,

Aunque no sé su número. Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor;

Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola. Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud,

Y hasta ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares,

Hasta que anuncie tu poder a la posteridad,

Y tu potencia a todos los que han de venir,

Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.

Tú has hecho grandes cosas;

Oh Dios, ¿quién como tú? Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males,

Volverás a darme vida,

Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza,

Y volverás a consolarme. Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio,

Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa,

Oh Santo de Israel.

 Mis labios se alegrarán cuando cante a ti,

Y mi alma, la cual redimiste.

Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día;

Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban.  Con mi voz clamé a Dios,

A Dios clamé, y él me escuchará. Al Señor busqué en el día de mi angustia;

Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso;

Mi alma rehusaba consuelo. Me acordaba de Dios, y me conmovía;

Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah.

 No me dejabas pegar los ojos;

Estaba yo quebrantado, y no hablaba. Consideraba los días desde el principio,

Los años de los siglos. Me acordaba de mis cánticos de noche;

Meditaba en mi corazón,

Y mi espíritu inquiría:

 ¿Desechará el Señor para siempre,

Y no volverá más a sernos propicio? ¿Ha cesado para siempre su misericordia?

¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia?

¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah.

 Dije: Enfermedad mía es esta;

Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo. Me acordaré de las obras de JAH;

Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.

Meditaré en todas tus obras,

Y hablaré de tus hechos. Oh Dios, santo es tu camino;

¿Qué dios es grande como nuestro Dios?

 Tú eres el Dios que hace maravillas;

Hiciste notorio en los pueblos tu poder. Con tu brazo redimiste a tu pueblo,

A los hijos de Jacob y de José. Selah. Te vieron las aguas, oh Dios;

Las aguas te vieron, y temieron;

Los abismos también se estremecieron. Las nubes echaron inundaciones de aguas;

Tronaron los cielos,

Y discurrieron tus rayos.

La voz de tu trueno estaba en el torbellino;

Tus relámpagos alumbraron el mundo;

Se estremeció y tembló la tierra. En el mar fue tu camino,

Y tus sendas en las muchas aguas;

Y tus pisadas no fueron conocidas. Condujiste a tu pueblo como ovejas

por mano de Moisés y de Aarón. Oh Dios, no guardes silencio;

No calles, oh Dios, ni te estés quieto. Porque he aquí que rugen tus enemigos,

Y los que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente,

Y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación,

Y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabulan de corazón a una,

Contra ti han hecho alianza las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas,

Moab y los agarenos;

 Gebal, Amón y Amalec,

los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos;

Sirven de brazo a los hijos de Lot. Selah.

 Hazles como a Madián,

Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón; Que perecieron en Endor,

Fueron hechos como estiércol para la tierra. Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb;

Como a Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes, Que han dicho: Heredemos para nosotros

Las moradas de Dios. Dios mío, ponlos como torbellinos,

Como hojarascas delante del viento, Como fuego que quema el monte,

Como llama que abrasa el bosque. Persíguelos así con tu tempestad,

Y atérralos con tu torbellino. Llena sus rostros de vergüenza,

Y busquen tu nombre, oh Jehová. Sean afrentados y turbados para siempre;

Sean deshonrados, y perezcan.

 Y conozcan que tu nombre es Jehová;

Tú solo Altísimo sobre toda la tierra. Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame,

Porque estoy afligido y menesteroso. Guarda mi alma, porque soy piadoso;

Salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía. Ten misericordia de mí, oh Jehová;

Porque a ti clamo todo el día. Alegra el alma de tu siervo,

Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma. Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,

Y grande en misericordia para con todos los que te invocan. Escucha, oh Jehová, mi oración,

Y está atento a la voz de mis ruegos. En el día de mi angustia te llamaré,

Porque tú me respondes. Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses,

Ni obras que igualen tus obras. Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor,

Y glorificarán tu nombre. Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas;

Sólo tú eres Dios. Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;

Afirma mi corazón para que tema tu nombre. Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón,

Y glorificaré tu nombre para siempre. Porque tu misericordia es grande para conmigo,

Y has librado mi alma de las profundidades del Seol. Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí,

Y conspiración de violentos ha buscado mi vida,

Y no te pusieron delante de sí.

 Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente,

Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad, Mírame, y ten misericordia de mí;

Da tu poder a tu siervo,

Y guarda al hijo de tu sierva. Haz conmigo señal para bien,

Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados;

Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste. Oh Jehová, Dios de mi salvación,

Día y noche clamo delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia;

Inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está hastiada de males,

Y mi vida cercana al Seol. Soy contado entre los que descienden al sepulcro;

Soy como hombre sin fuerza, Abandonado entre los muertos,

Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro,

De quienes no te acuerdas ya,

Y que fueron arrebatados de tu mano. Me has puesto en el hoyo profundo,

En tinieblas, en lugares profundos. Sobre mí reposa tu ira,

Y me has afligido con todas tus ondas. Selah.

 Has alejado de mí mis conocidos;

Me has puesto por abominación a ellos;

Encerrado estoy, y no puedo salir. Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción;

Te he llamado, oh Jehová, cada día;

He extendido a ti mis manos. ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos?

¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah. ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia,

O tu verdad en el Abadón? ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas,

Y tu justicia en la tierra del olvido?

 Mas yo a ti he clamado, oh Jehová,

Y de mañana mi oración se presentará delante de ti. ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma?

¿Por qué escondes de mí tu rostro? Yo estoy afligido y menesteroso;

Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso. Sobre mí han pasado tus iras,

Y me oprimen tus terrores.

 Me han rodeado como aguas continuamente;

A una me han cercado. Has alejado de mí al amigo y al compañero,

Y a mis conocidos has puesto en tinieblas. El que habita al abrigo del Altísimo

Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová Esperanza mía, y castillo mío;

Mi Dios, en quien confiaré.

 El te librará del lazo del cazador,

De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá,

Y debajo de sus alas estarás seguro;

Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno,

Ni saeta que vuele de día,

 Ni pestilencia que ande en oscuridad,

Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil,

Y diez mil a tu diestra;

Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás

Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,

Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal,

Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,

Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán,

Para que tu pie no tropiece en piedra.

 Sobre el león y el áspid pisarás;

Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;

Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé;

Con él estaré yo en la angustia;

Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida,

Y le mostraré mi salvación. 

Menu