LA BIBLIA

LECTURA DEVOCIONAL CRONOLÓGICA

Día 150

30/05/2025

Proverbios 26:18-19; 11:1; 16:11; 20:10, 23; 22:28; 23:10-11; 10:2; 13:11; 20:17, 21; 15:27; 17:8, 23; 21:14; 12:17; 14:5, 25; 19:9, 28; 21:28; 25:18; 18:17; 17:15, 26; 18:5; 21:15; 24:11-12, 23-25; 28:5; 29:26;3:9-10; 10:15; 11:4, 28; 13:8; 14:20; 15:16; 17:16; 18:11, 23; 19:4, 6-7; 22:2, 7; 23:4-5; 27:7; 28:6, 8, 11, 20-22; 3:27-28; 11:24-26; 13:22; 14:21; 18:16; 19:17; 21:13; 22:9; 25:14; 28:27; 13:23; 14:31; 15:15; 16:8; 22:16, 22-23; 29:7, 13; 6:6-11; 10:4-5, 26; 12:11, 24, 27; 13:4; 14:4, 23; 15:19; 16:26; 18:9; 19:15,24; ,;
 21:17, 25-26; 22:29; 24:27, 30-34;

Como el que enloquece, y echa llamas 

Y saetas y muerte, Tal es el hombre que engaña a su amigo,

Y dice Ciertamente lo hice por broma. El peso falso es abominación a Jehová;

Mas la pesa cabal le agrada. Peso y balanzas justas son de Jehová;

Obra suya son todas las pesas de la bolsa. Pesa falsa y medida falsa, Ambas cosas son abominación a Jehová. Abominación son a Jehová las pesas falsas, Y la balanza falsa no es buena. No traspases los linderos antiguos 

Que pusieron tus padres. No traspases el lindero antiguo,

Ni entres en la heredad de los huérfanos; Porque el defensor de ellos es el Fuerte,

El cual juzgará la causa de ellos contra ti. Los tesoros de maldad no serán de provecho;

Mas la justicia libra de muerte. Las riquezas de vanidad disminuirán;

Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta. Sabroso es al hombre el pan de mentira;

Pero después su boca será llena de cascajo. Los bienes que se adquieren de prisa al principio,

No serán al final bendecidos. Alborota su casa el codicioso;

Mas el que aborrece el soborno vivirá. Piedra preciosa es el soborno para el que lo practica;

Adondequiera que se vuelve, halla prosperidad. El impío toma soborno del seno

Para pervertir las sendas de la justicia. La dádiva en secreto calma el furor,

Y el don en el seno, la fuerte ira. El que habla verdad declara justicia;

Mas el testigo mentiroso, engaño. El testigo verdadero no mentirá;

Mas el testigo falso hablará mentiras. El testigo verdadero libra las almas;

Mas el engañoso hablará mentiras. El testigo falso no quedará sin castigo,

Y el que habla mentiras perecerá. El testigo perverso se burlará del juicio,

Y la boca de los impíos encubrirá la iniquidad. El testigo mentiroso perecerá;

Mas el hombre que oye, permanecerá en su dicho. Martillo y cuchillo y saeta aguda 

Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio. Justo parece el primero que aboga por su causa;

Pero viene su adversario, y le descubre. El que justifica al impío, y el que condena al justo,

Ambos son igualmente abominación a Jehová. Ciertamente no es bueno condenar al justo, 

Ni herir a los nobles que hacen lo recto. Tener respeto a la persona del impío,

Para pervertir el derecho del justo, no es bueno. Alegría es para el justo el hacer juicio;

Mas destrucción a los que hacen iniquidad. Libra a los que son llevados a la muerte; 

Salva a los que están en peligro de muerte. Porque si dijeres Ciertamente no lo supimos,

¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones?

El que mira por tu alma, él lo conocerá,

Y dará al hombre según sus obras. También estos son dichos de los sabios 

Hacer acepción de personas en el juicio no es bueno. El que dijere al malo Justo eres, 

Los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones; Mas los que lo reprendieren tendrán felicidad,

Y sobre ellos vendrá gran bendición. Los hombres malos no entienden el juicio;

Mas los que buscan a Jehová entienden todas las cosas. Muchos buscan el favor del príncipe; 

Mas de Jehová viene el juicio de cada uno. Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto. Las riquezas del rico son su ciudad fortificada;

Y el desmayo de los pobres es su pobreza. No aprovecharán las riquezas en el día de la ira;

Mas la justicia librará de muerte. El que confía en sus riquezas caerá; 

Mas los justos reverdecerán como ramas. El rescate de la vida del hombre está en sus riquezas; 

Pero el pobre no oye censuras. El pobre es odioso aun a su amigo;

Pero muchos son los que aman al rico. Mejor es lo poco con el temor de Jehová, 

Que el gran tesoro donde hay turbación. ¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría,

No teniendo entendimiento? Las riquezas del rico son su ciudad fortificada,

Y como un muro alto en su imaginación. El pobre habla con ruegos, 

Mas el rico responde durezas. Las riquezas traen muchos amigos; Mas el pobre es apartado de su amigo. Muchos buscan el favor del generoso, 

Y cada uno es amigo del hombre que da. Todos los hermanos del pobre le aborrecen;

¡Cuánto más sus amigos se alejarán de él!

Buscará la palabra, y no la hallará. El rico y el pobre se encuentran;

A ambos los hizo Jehová. El rico se enseñorea de los pobres,

Y el que toma prestado es siervo del que presta. No te afanes por hacerte rico; 

Sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? 

Porque se harán alas 

Como alas de águila, y volarán al cielo. El hombre saciado desprecia el panal de miel;

Pero al hambriento todo lo amargo es dulce. Mejor es el pobre que camina en su integridad,

Que el de perversos caminos y rico. El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés,

Para aquel que se compadece de los pobres las aumenta. El hombre rico es sabio en su propia opinión;

Mas el pobre entendido lo escudriña. El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones;

Mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa. Hacer acepción de personas no es bueno;

Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre. Se apresura a ser rico el avaro,

Y no sabe que le ha de venir pobreza. No te niegues a hacer el bien a quien es debido, 

Cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo Anda, y vuelve, 

Y mañana te daré, 

Cuando tienes contigo qué darle. Hay quienes reparten, y les es añadido más;

Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada;

Y el que saciare, él también será saciado. Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá; Pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende.  El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos;

Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo. Peca el que menosprecia a su prójimo;

Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado. La dádiva del hombre le ensancha el camino 

Y le lleva delante de los grandes.  A Jehová presta el que da al pobre,

Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar. El que cierra su oído al clamor del pobre, 

También él clamará, y no será oído. El ojo misericordioso será bendito, 

Porque dio de su pan al indigente. Como nubes y vientos sin lluvia,

Así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad. El que da al pobre no tendrá pobreza;

Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones. En el barbecho de los pobres hay mucho pan;

Mas se pierde por falta de juicio. El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor; 

Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra. Todos los días del afligido son difíciles;

Mas el de corazón contento tiene un banquete continuo. Mejor es lo poco con justicia

Que la muchedumbre de frutos sin derecho. El que oprime al pobre para aumentar sus ganancias,

O que da al rico, ciertamente se empobrecerá. No robes al pobre, porque es pobre,

Ni quebrantes en la puerta al afligido; Porque Jehová juzgará la causa de ellos,

Y despojará el alma de aquellos que los despojaren. Conoce el justo la causa de los pobres;

Mas el impío no entiende sabiduría. El pobre y el usurero se encuentran; 

Jehová alumbra los ojos de ambos. Ve a la hormiga, oh perezoso,

Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida,

Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? 

¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar,

Y cruzar por un poco las manos para reposo; Así vendrá tu necesidad como caminante,

Y tu pobreza como hombre armado. La mano negligente empobrece;

Mas la mano de los diligentes enriquece. El que recoge en el verano es hombre entendido;

El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza. Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos,

Así es el perezoso a los que lo envían. El que labra su tierra se saciará de pan;

Mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento. La mano de los diligentes señoreará; 

Mas la negligencia será tributaria. El indolente ni aun asará lo que ha cazado;

Pero haber precioso del hombre es la diligencia. El alma del perezoso desea, y nada alcanza;

Mas el alma de los diligentes será prosperada. Sin bueyes el granero está vacío;

Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan. En toda labor hay fruto;

Mas las vanas palabras de los labios empobrecen. El camino del perezoso es como seto de espinos; 

Mas la vereda de los rectos, como una calzada. El alma del que trabaja, trabaja para sí,

Porque su boca le estimula. También el que es negligente en su trabajo

Es hermano del hombre disipador. La pereza hace caer en profundo sueño, 

Y el alma negligente padecerá hambre. El perezoso mete su mano en el plato,

Y ni aun a su boca la llevará. El perezoso no ara a causa del invierno;

Pedirá, pues, en la siega, y no hallará. No ames el sueño, para que no te empobrezcas;

Abre tus ojos, y te saciarás de pan. Hombre necesitado será el que ama el deleite, 

Y el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá. El deseo del perezoso le mata, 

Porque sus manos no quieren trabajar. Hay quien todo el día codicia;

Pero el justo da, y no detiene su mano. ¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará;

No estará delante de los de baja condición. Prepara tus labores fuera,

Y disponlas en tus campos, 

Y después edificarás tu casa. Pasé junto al campo del hombre perezoso,

Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos,

Ortigas habían ya cubierto su faz,

Y su cerca de piedra estaba ya destruida. Miré, y lo puse en mi corazón; 

Lo vi, y tomé consejo. Un poco de sueño, cabeceando otro poco, 

Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; Así vendrá como caminante tu necesidad,

Y tu pobreza como hombre armado.  

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